Cati (de Catalina-Carmen) es así que se llama y tiene el espíritu tan libre, que a veces me da miedo. Nunca se sabe lo que va decir o hacer. Alma de artista. No será para nada que se expresa lo mejor con colores y pinceles.
Entonces, Cati vino por mi casa. El café, la charla... Conocéis esta atmósfera? A mi faltaba un montón. Y poco antes de despedirnos, empezó a buscar entre las sandalias desnudas y, creativa como es, uso unas pulseras como pulseras de vuelta. Idea que tengo que recordar!
Mirad que se tomó con ella:
A trabajar, Corina! Hay que cubrir el huequito en tu estock!